"El hombre no sólo es manipulador de su mundo. Es también alguien capaz de leer el mensaje que el mundo lleva en sí. Este mensaje está escrito en todas las cosas que componen el mundo.
Los semiólogos, antiguos y modernos percibieron muy bien que las cosas, además de cosas, constituyen un sistema de signos. Son sílabas de un gran alfabeto. Y el alfabeto está al servicio de un menaje inscrito en las cosas, menaje que puede ser descrito y descifrado por quien tenga los ojos abiertos.
El hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo. Nunca es analfabeta. Es siempre el que, en la multiplicidad de lenguajes, puede leer e interpretar. Vivir es leer e interpretar1".
En éste blog estamos colocando muchas imágenes (algunas antiguas, otras más recientes) de lugares, de personas, de momentos que tienen que ver, sobre todo, con la historia y el origen de nuestra familia. Son de diversas fuentes: el cofre de mamá, las fotografías que se publican en internet, aquellas que nos hacen llegar los parientes, las que obtiene Aída con su cámara digital.
Como bien lo apunta Leonardo Boff, se trata de un sistema de signos. Habrá quien vea en él la posibilidad de hacer una promoción turística del municipio, y es válido. Para algunos podrá ser un álbum donde se conservan ─y se contemplan─ estampas entrañables que les permiten mantener un lazo concreto con el pasado. No faltará el fanático coleccionador de páginas web y entusiasta integrante de redes sociales donde se inventa su propio mundo.
Además de ilustrar los avances en nuestra investigación genealógica, su propósito principal es enseñarnos a ver. Nadie se ofenda. Los tiempos que nos ha tocado vivir, con cambios tan frecuentes que provocan vértigo, no siempre nos permiten detenernos y observar ─tal vez la palabra correcta sea contemplar─ con detenimiento lo que hacemos, lo que nos rodea, a quienes nos acompañan en este viaje por la existencia.
Las fotos que mamá atesora, los objetos que guarda con tanto cuidado, los recuerdos que conserva en su mente, son todos símbolos de una realidad profundísima que habita su corazón. Al contemplarlos, al tocarlos, al olerlos, evoca otros tiempos, otras sensaciones, distintos realidades.
Esa relación, entre "sus cosas" y su significación, le permiten vivir y sobrevivir. Cuando desparece una fotografía, cuando algún objeto se extravía, algo más se pierde en su interior:
El objetivo primodrial de este espacio es precisamente reunir las imágenes y los recuerdos para provocarnos evocaciones, para que nos conozcamos mejor, para que las personas y las cosas cobren sentido ante nuestros ojos. Para que nos digan algo, para que nos hablen.
1Boff, Leonardo: Los sacramentos de la Vida.
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