lunes, 12 de julio de 2010

Amelia Earhart en Nopala

Corría el año de 1935. Mes de abril. Era presidente municipal de Nopala Don Héctor García García. No había llovido en muchos meses y los aguajes tenían agotadas las reservas de agua; personas y ganado sufrían la escasez del líquido. La Presa Doxixhó estaba prácticamente seca; incluso se habían cavado en su amplio vaso, algunos pozos artesianos para obtener algunas gotas.


Amelia Earhart, la famosa "aviatriz" ─como la llamaba la prensa─, tres años antes había cruzado el Atlántico, y apenas en el mes de enero enlazaba Hawai con Oakland. El gobierno mexicano la invitó entonces a visitar nuestro país. Su "Lockheed Vega" habría de recorrer dos 2,700 km sin escalas, desde Burbank, cerca de Los Ángeles, Cal., hasta la ciudad de México.


Patricia Earhart

Era el día 20, Sábado de Gloria. En el Camino Real (actualmente Av. Vicente Villagrán) de Nopala se quemaban los tradicionales "judas" de papel maché ante el júbilo de la concurrencia. Don Gilberto Callejas Aranzolo contemplaba divertido el espectáculo dese la tienda del Sr Epifanio García, casi frente al portal de La Victoria. En la Presa Doxixhó un grupo de pastorcillos tenían el encargo de vigilar el ganado que pastaba tranquilamente.


Capilla "Santa Fe" y Hospital "Casa de la Esperanza"
Denthó-Nopala, Hgo.

Medio día. En la capital de México se recibían noticias ─seguramente a través del telégrafo─ de que los vecinos de Huichapan habían visto al "Ave Roja" de Amelia sobrevolar su pequeña ciudad. Se ordenó a dos escuadrillas de la Fuerza Aérea mexicana que despegaran para escoltar el avión como homenaje. Pero Earhart no aparecía por ningún lado.

Reverso de la Tarjeta Postal


La piloto se había extraviado. Mientras consultaba sus mapas en pleno vuelo, un insecto se alojó en uno de sus ojos. Cegada de momento, finalmente tuvo que aterrizar, como ella lo contaba, "entre vacas" y un grupo de "rancheros", que no hablaban una pizca de inglés y cuyo número crecía conforme la gente del pueblo, atraída por el avión, se fue acercando a La Presa.


Nopala-Perspectiva


Alguno de los lugareños, sobre el mapa de Amelia, señaló un punto, a unos 130 km de la capital: Nopala, en el estado de Hidalgo. Con mucho esfuerzo, agradeciendo a los atentos nopaltecos, ella logró convencer a una señora y a su niño de que se hicieran a un lado para poder despegar y dirigirse, esta vez con éxito, a la ciudad de México.


Reverso de la fotografía.


Ese mismo día, Don Samuel Salinas y Velasco le enviaría a la norteamericana una tarjeta postal y una fotografía, con sendas anotaciones al reverso ─de su puño y letra─, a modo de recuerdo.


(Las imágenes de la Tarjeta Postal y la fotografía fueron obtenidas del Archivo Purdue a través de Internet).


4 comentarios:

  1. Mi papa me habia platicado hace muchos años de este acontecimiento, y lo tenia vago en mis recuerdos, ahora vuelve a mi ese comentario....saludos Migue

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  2. Migue mi papá me platico de esto hace algunos años, pero ahora tengo mas idea de que me conto en esa ocasion, saludos

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  3. mi nombre es el mismo que el de la protagonista,tambien soy escritora amater y su vida me parece un ejemplo para la epoca!
    mis raices son francesas y aunque sigo buscando encotrarme con los descendietes de mis antepasa dos,me gustaria tener su impetu para lograr lo que busco.

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  4. En esta tarea, además de un intenso amor por la cultura y por la familia, hay que ser prudentes pero firmes, constantes pero audaces y, sobre todo, ser muy pacientes. Una buena herramienta metodológica es, además, instrumento fundamental. Gracias por los comentarios.

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