Terminó la Fiesta Patronal de Nopala que, en una sociedad mundanizada, suele denominarse Feria, concepto que asocia días de descanso y suspensión de trabajo con las actividades que se realizan para celebrarla.
"Sólo con el corazón se puede ver bien", le dijo el zorro al Principito en el formidable relato de Antoine de Sanit-Exupéry, "lo importante es invisible para los ojos". Cabe aquí entonces la pregunta: ¿Qué es lo que produce fiesta en el corazón del hombre?
Indudablemente que lo que alegra el corazón humano es aquello que hay en su mismo corazón y "donde está su tesoro allí está su corazón".
A un comerciante, el tintineo de las monedas al caer en la caja será música para sus oídos o motivación para su vista contar los billetes resultado de la venta. A un político que aspira a un puesto superior, le excitará mostrarse siendo protagonista de todos los eventos.
El adinerado que acumula capital y el poder que lleva consigo, seguramente sentirá una gran motivación al anunciarse con bombo y platillo, congregando multitudes en las actividades que organiza. Al "hijo de papá" poder exhibirse frente a las chicas, vestido a la moda será una hazaña fenomenal, sobro todo si puede pasear por el pueblo a su novia montada en un brioso corcel. Después de todo, "de la vista nace el amor".
Con una mirada más profunda, el corazón de la familia Callejas encontró razones más importantes para su alegría.
La visita de Martha y Raúl Calderas, con parte de su familia nos enlaza con Aurea Callejas Aranzolo y la querida tía Esperanza.
Aída y sus hijas, Aída y Aideé, César con su hijo ─que lleva el mismo nombre─, Nicolás, hijo de Luz María nos alegraron también con su presencia en estos días.
Sin dudarlo, la "Reunión de los Primos" en San Juan del Río Qro., formó parte de esta Fiesta. Luz Sabrina y Sergio, David y Sofía, Adela y Josué, Toño y Sofía, Luis Eduardo y Rocío, Luz Angélica y Karim, Miguel Ángel y Adriana; y yo, claro, pasamos una lluviosa pero linda tarde disfrutando de una rica carne asada, apetitosas alitas de pollo, unos buenos tragos y una estupenda charla.
Con charreadas o sin ellas, con actividades culturales y musicales o prescindiendo de ellas, con juegos mecánicos ─desalojados precipitadamente con llegada de los empleados de una televisora─, "nuestra" fiesta comenzó con la familia y concluyó con ella, pues hubo tiempo para celebrar el cumpleaños de César García Callejas.
Si sólo se puede mirar bien con el corazón, lo que hace importante a una flor ─familia, amigos, pueblo─ es el tiempo que les dedicamos, los momentos que compartimos, el afecto que expresamos. Es lo que hace la fiesta en el corazón de las personas.