jueves, 5 de agosto de 2010

Familia Callejas Aranzolo I

LOS CALLEJAS QUINTANAR

Nadie mejor que el "abuelo" Valente para comenzar nuestra aventura por el mundo de la genealogía familiar.

Hombre culto, presidente municipal de Nopala, Valente Callejas Quintanar, "natural de La Palma", nació el sábado 10 de marzo de 1850, hijo de José Callejas Robledo y María de Jesús Quintanar Trejo. Nieto, por la línea paterna, de Antonio Callejas y María Robledo; y por la materna, de José María Quintanar y Cecilia Trejo.

Entre los hermanos de Valente se encuentran:
  1. Jacoba (casada con Trinidad Godoy).
  2. Rosalía
  3. Porfirio (ca. 1845) que, con Francisca Martínez, fue padre de Prometeo (n. 6-II-1874, padre -con Atanacia Díaz Sánchez- de Moisés y José Callejas Díaz), Adolfo (n. 2-II-1875, m. 2-I-1940), Eligio Constantino (n. 1-XII-1878), Virginia, las gemelas Claudia y Senobia (30-X-1882) y Petra (n. 4-VIII-1884).
LOS ARANZOLO RAMÍREZ

Al bautizarla, el 26 de diciembre de 1857, le pusieron por nombre Victoria Delfina Antonia. Fue su "nombre de Pila". Nació en Huichapan, Hgo., cuatro días antes de su bautismo, hija de Vicente Aranzolo Rubio y Severa Ramírez Ángeles. Nieta, por la línea paterna, de Manuel Aranzolo y María Antonia Rubio; y, por la materna, de José María Ramírez y Paula Ángeles.

Registro del bautizo de Delfina Callejas Aranzolo.

LOS CALLEJAS ARANZOLO

Valente y Delfina contrajeron matrimonio civil el 27 de agosto de 1879 en Nopala, Hgo. Fueron sus testigos Ignacio Espinoza, Rosalino Callejas, José María Rivera y Juan Colina.

Firma autógrafa de Valente Callejas Quintanar.

Hallamos ya las actas de nacimiento de sus hijos Arturo y Adelina (7-III-1881), Félix y Mauro (20-XI-1884), Áurea (24-VIII-1886), Gudelio (17-X-1890), José (18-II-1892), María (27-III-1894), Filomena (5-VII-1895), Crispina (5-XII-1896) y María (8-IX-1898); conocemos además los nombres de Elia, Micaela y Emma, que posiblemente corresponda a alguna de las anteriores, como Félix y Mauro que probablemente fueron bautizados como Gilberto y Baltazar.


En la parte superior:
Áurea y Emma Callejas Aranzolo.

Don Valente murió el 20 de abril de 1930 y fue sepultado en el Pateón Municipal de Nopala.

Tumbas de Valente Callejas Quintanar y Delfina Aranzolo Ramírez.








lunes, 26 de julio de 2010

La Fiesta Patronal de Nopala

Terminó la Fiesta Patronal de Nopala que, en una sociedad mundanizada, suele denominarse Feria, concepto que asocia días de descanso y suspensión de trabajo con las actividades que se realizan para celebrarla.


"Sólo con el corazón se puede ver bien", le dijo el zorro al Principito en el formidable relato de Antoine de Sanit-Exupéry, "lo importante es invisible para los ojos". Cabe aquí entonces la pregunta: ¿Qué es lo que produce fiesta en el corazón del hombre?


Indudablemente que lo que alegra el corazón humano es aquello que hay en su mismo corazón y "donde está su tesoro allí está su corazón".


A un comerciante, el tintineo de las monedas al caer en la caja será música para sus oídos o motivación para su vista contar los billetes resultado de la venta. A un político que aspira a un puesto superior, le excitará mostrarse siendo protagonista de todos los eventos.


El adinerado que acumula capital y el poder que lleva consigo, seguramente sentirá una gran motivación al anunciarse con bombo y platillo, congregando multitudes en las actividades que organiza. Al "hijo de papá" poder exhibirse frente a las chicas, vestido a la moda será una hazaña fenomenal, sobro todo si puede pasear por el pueblo a su novia montada en un brioso corcel. Después de todo, "de la vista nace el amor".


Con una mirada más profunda, el corazón de la familia Callejas encontró razones más importantes para su alegría.


La visita de Martha y Raúl Calderas, con parte de su familia nos enlaza con Aurea Callejas Aranzolo y la querida tía Esperanza.


Aída y sus hijas, Aída y Aideé, César con su hijo ─que lleva el mismo nombre─, Nicolás, hijo de Luz María nos alegraron también con su presencia en estos días.


Sin dudarlo, la "Reunión de los Primos" en San Juan del Río Qro., formó parte de esta Fiesta. Luz Sabrina y Sergio, David y Sofía, Adela y Josué, Toño y Sofía, Luis Eduardo y Rocío, Luz Angélica y Karim, Miguel Ángel y Adriana; y yo, claro, pasamos una lluviosa pero linda tarde disfrutando de una rica carne asada, apetitosas alitas de pollo, unos buenos tragos y una estupenda charla.



Con charreadas o sin ellas, con actividades culturales y musicales o prescindiendo de ellas, con juegos mecánicos ─desalojados precipitadamente con llegada de los empleados de una televisora─, "nuestra" fiesta comenzó con la familia y concluyó con ella, pues hubo tiempo para celebrar el cumpleaños de César García Callejas.


Si sólo se puede mirar bien con el corazón, lo que hace importante a una flor ─familia, amigos, pueblo─ es el tiempo que les dedicamos, los momentos que compartimos, el afecto que expresamos. Es lo que hace la fiesta en el corazón de las personas.

jueves, 22 de julio de 2010

En busca de Nopala I

Hace algún tiempo tuve la fortuna de hallar, a través de internet, la edición facsimilar de un libro del siglo XVIII, concretamente de 1767. Se trataba del Diccionario y Gramática de la lengua hñähñü u otomí de Don Luis de Neve y Molina. Por ese tiempo comenzaba yo a preguntarme acerca del nombre original de Nopala. El hallazgo fue providencial.



Revisé con cuidado el documento. No deseaba dejar pasar por alto algún detalle importante o, por aún, malinterpretar su contenido. Especialmente llamó mi atención la Segunda Parte, relativa al Diccionario de los Nombres y Verbos más comunes, y necesarios en el idioma Othomì.


Al llegar a la página 68 mi sorpresa fue mayúscula. Allí estaba el nombre hñähñü de Nopala, con su correspondiente significado: Nopala, lugar [de nopales], ô Nopalera. Na nboxthâ. Fue impresionante.



Un detalle llamó mi atención: la garfía â (con acento circunflejo, a veces llamado "tejadillo"), en lugar de la o que actualmente se utiliza para escribir el topónimo: Boxtho o Boxthó. La misma Gramática se encargaría de aclararme un poco la confusión.


Volviendo las páginas releí mucho más atentamente las Reglas de Orthographia. En la página 2, al hablar de las vocales, dice que la A se pronuncia de tres maneras. La tercera, representada por la grafía â, es "nasal o confusa [y se pronuncia] como que se equivoca con la o, y difundiendo la voz por las narices".



Neve y Molina, al hacer la transcripción del sonido producido, decidió utilizar la letra a, colándole dicho acento para denotar su pronunciación ("como que equivoca la o", pero sin ser en realidad una o).


Yo pensé seguir su ejemplo, utilizando N'boxthá, entre otras razones porque lo consideré más cercano a la forma original. Si "buscamos" a Nopala, es decir, nuestros orígenes e identidad más profunda, tal vez este sea un buen principio.

domingo, 18 de julio de 2010

Cuando las cosas hablan

"El hombre no sólo es manipulador de su mundo. Es también alguien capaz de leer el mensaje que el mundo lleva en sí. Este mensaje está escrito en todas las cosas que componen el mundo.

Los semiólogos, antiguos y modernos percibieron muy bien que las cosas, además de cosas, constituyen un sistema de signos. Son sílabas de un gran alfabeto. Y el alfabeto está al servicio de un menaje inscrito en las cosas, menaje que puede ser descrito y descifrado por quien tenga los ojos abiertos.


El hombre es el ser capaz de leer el mensaje del mundo. Nunca es analfabeta. Es siempre el que, en la multiplicidad de lenguajes, puede leer e interpretar. Vivir es leer e interpretar1".



En éste blog estamos colocando muchas imágenes (algunas antiguas, otras más recientes) de lugares, de personas, de momentos que tienen que ver, sobre todo, con la historia y el origen de nuestra familia. Son de diversas fuentes: el cofre de mamá, las fotografías que se publican en internet, aquellas que nos hacen llegar los parientes, las que obtiene Aída con su cámara digital.


Como bien lo apunta Leonardo Boff, se trata de un sistema de signos. Habrá quien vea en él la posibilidad de hacer una promoción turística del municipio, y es válido. Para algunos podrá ser un álbum donde se conservan ─y se contemplan─ estampas entrañables que les permiten mantener un lazo concreto con el pasado. No faltará el fanático coleccionador de páginas web y entusiasta integrante de redes sociales donde se inventa su propio mundo.


Además de ilustrar los avances en nuestra investigación genealógica, su propósito principal es enseñarnos a ver. Nadie se ofenda. Los tiempos que nos ha tocado vivir, con cambios tan frecuentes que provocan vértigo, no siempre nos permiten detenernos y observar ─tal vez la palabra correcta sea contemplar─ con detenimiento lo que hacemos, lo que nos rodea, a quienes nos acompañan en este viaje por la existencia.



Las fotos que mamá atesora, los objetos que guarda con tanto cuidado, los recuerdos que conserva en su mente, son todos símbolos de una realidad profundísima que habita su corazón. Al contemplarlos, al tocarlos, al olerlos, evoca otros tiempos, otras sensaciones, distintos realidades.


Esa relación, entre "sus cosas" y su significación, le permiten vivir y sobrevivir. Cuando desparece una fotografía, cuando algún objeto se extravía, algo más se pierde en su interior:


El objetivo primodrial de este espacio es precisamente reunir las imágenes y los recuerdos para provocarnos evocaciones, para que nos conozcamos mejor, para que las personas y las cosas cobren sentido ante nuestros ojos. Para que nos digan algo, para que nos hablen.


1Boff, Leonardo: Los sacramentos de la Vida.


viernes, 16 de julio de 2010

La Microhistoria familiar

Nos interesan aquí las historias pequeñas, las que nos contaban de niños, las que nos hacen cercanos a nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos... y más allá. Las que nos hacen próximos a los monumentos, los edificios, las calles, los paisajes, las personas de nuestra casa, de nuestro pueblo, de la región que habitamos o en la que vivieron nuestros vecinos, nuestros parientes... nuestros antepasados.

Se trata de la microhistoria familiar o historia local, que nos hace únicos e irrepetibles, pero también semejantes a otras familias, a otros pueblos del pasado o del presente y que tal vez se vuelvan a repetir en un futuro próximo o lejano. El relato doméstico, que nos hace crear vínculos estrechos entre nosotros y con lo que nos rodean.



Es una tarea humilde y sencilla porque se refiere a lo cotidiano, a lo anecdótico. Pero también una labor ardua y complicada porque forma parte de una historia mayor, más amplia. Las confidencias maternales, las anécdotas cotidianas, la crónica local, la historia nacional...

Es un esfuerzo por re-conocernos. Vernos reflejados en otras caras, en otros cuerpos, en otras biografías. Volvernos a conocer, descubriendo y re-descubriendo lo que nos hace parecidos y diferentes. Encontrarnos y re-encontrarnos para estrechar los lazos afectivos y así re-construir nuestra humanidad, nuestra familiaridad.

Es importante porque forma parte indeleble de nuestro rostro y corazón, de nuestra identidad. Lo que hoy somos lo debemos a lo que otros fueron antes que nosotros, a lo que vamos construyendo día a día. Es un trozo de nuestro legado, la herencia consciente o inconsciente que recibimos, la que compartimos y la que trasmitimos.

Portal de La Constitución

Inaugurado el 3 de julio de 1872, el nombre del portal hace referencia a la Constitución Federal de 1857. De ideología liberal, fue jurada el 5 de febrero de ese año por el Congreso Consituyente, presidido por Valentín Gómez Farías y el titular del Ejecutivo, Ignacio Comonfort.



Lo forman diez arcos de cantera rosa de medio punto, ocho de los cuales miran a la Plaza. Este tipo de arcos es característico del Arte Romano y de todos los estilos que derivaron de él.

En la placa develada en su inauguración se pueden apreciar las iniciales F.V., que parecen referirse al Sr. Francisco Violante, un personaje del que la abuela María de la Luz Ruelas Mondragón solía platicar aludiendo a su magnifica posición económica. Por lo que ella nos contaba, fue propietario de la casa llamada San Fernando, ubicada en la esquina de las calles Melchor Ocampo y Sara Quinard de Salinas, de la cabecera municipal.


Se ubica en la esquina que forman la Av. Benito Juárez y la Plaza de la Constitución, a un costado de la casa que por muchos año fue propiedad de don Francisco Rivera Quintanar, quien llegó a ser presidente municipal de Nopala en varias ocasiones y que, en 1906, donara el reloj del Palacio Municipal dentro de las celebraciones del centenario del natalicio del Benemérito de las Américas.

lunes, 12 de julio de 2010

Amelia Earhart en Nopala

Corría el año de 1935. Mes de abril. Era presidente municipal de Nopala Don Héctor García García. No había llovido en muchos meses y los aguajes tenían agotadas las reservas de agua; personas y ganado sufrían la escasez del líquido. La Presa Doxixhó estaba prácticamente seca; incluso se habían cavado en su amplio vaso, algunos pozos artesianos para obtener algunas gotas.


Amelia Earhart, la famosa "aviatriz" ─como la llamaba la prensa─, tres años antes había cruzado el Atlántico, y apenas en el mes de enero enlazaba Hawai con Oakland. El gobierno mexicano la invitó entonces a visitar nuestro país. Su "Lockheed Vega" habría de recorrer dos 2,700 km sin escalas, desde Burbank, cerca de Los Ángeles, Cal., hasta la ciudad de México.


Patricia Earhart

Era el día 20, Sábado de Gloria. En el Camino Real (actualmente Av. Vicente Villagrán) de Nopala se quemaban los tradicionales "judas" de papel maché ante el júbilo de la concurrencia. Don Gilberto Callejas Aranzolo contemplaba divertido el espectáculo dese la tienda del Sr Epifanio García, casi frente al portal de La Victoria. En la Presa Doxixhó un grupo de pastorcillos tenían el encargo de vigilar el ganado que pastaba tranquilamente.


Capilla "Santa Fe" y Hospital "Casa de la Esperanza"
Denthó-Nopala, Hgo.

Medio día. En la capital de México se recibían noticias ─seguramente a través del telégrafo─ de que los vecinos de Huichapan habían visto al "Ave Roja" de Amelia sobrevolar su pequeña ciudad. Se ordenó a dos escuadrillas de la Fuerza Aérea mexicana que despegaran para escoltar el avión como homenaje. Pero Earhart no aparecía por ningún lado.

Reverso de la Tarjeta Postal


La piloto se había extraviado. Mientras consultaba sus mapas en pleno vuelo, un insecto se alojó en uno de sus ojos. Cegada de momento, finalmente tuvo que aterrizar, como ella lo contaba, "entre vacas" y un grupo de "rancheros", que no hablaban una pizca de inglés y cuyo número crecía conforme la gente del pueblo, atraída por el avión, se fue acercando a La Presa.


Nopala-Perspectiva


Alguno de los lugareños, sobre el mapa de Amelia, señaló un punto, a unos 130 km de la capital: Nopala, en el estado de Hidalgo. Con mucho esfuerzo, agradeciendo a los atentos nopaltecos, ella logró convencer a una señora y a su niño de que se hicieran a un lado para poder despegar y dirigirse, esta vez con éxito, a la ciudad de México.


Reverso de la fotografía.


Ese mismo día, Don Samuel Salinas y Velasco le enviaría a la norteamericana una tarjeta postal y una fotografía, con sendas anotaciones al reverso ─de su puño y letra─, a modo de recuerdo.


(Las imágenes de la Tarjeta Postal y la fotografía fueron obtenidas del Archivo Purdue a través de Internet).